El continuo crecimiento del sector de las criptomonedas y una serie de quiebras en el mercado de divisas han suscitado numerosos debates en torno a la necesidad de marcos reguladores. Los reguladores de todo el mundo han expresado su preocupación por los riesgos que plantean los activos digitales, y algunos han tomado medidas para regular la mayor parte posible de este sector.
Sin embargo, los legisladores luchan por encontrar el delicado equilibrio entre el fomento de la innovación y la protección de los intereses de los inversores a medida que las monedas digitales y las tecnologías de cadena de bloques (blockchain) siguen acaparando la atención general.
Es importante mitigar los riesgos potenciales asociados a los activos digitales. Pero también es esencial desarrollar regulaciones eficaces que creen un ecosistema seguro y fiable que apoye el crecimiento sostenible.
La industria de las criptomonedas está plagada de problemas de regulación
En los últimos a?os, criptomonedas como Bitcoin (BTC), Ethereum (ETH) y Dogecoin (DOGE) han ganado popularidad, atrayendo a una amplia gama de inversores, desde profesionales experimentados de Wall Street hasta particulares.
Sin embargo, su naturaleza descentralizada y la falta de supervisión han suscitado preocupación por la protección de los consumidores, la manipulación del mercado y el blanqueo de dinero.
Mientras que algunos, de mentalidad libertaria, abogan por un enfoque no intervencionista para fomentar la innovación, otros insisten en la necesidad de una normativa exhaustiva para proteger a los inversores del fraude y las vulnerabilidades del mercado.
Para lograr un equilibrio óptimo entre el fomento de avances innovadores y la protección de los intereses de los inversores, los reguladores se enfrentan a numerosos retos.
En primer lugar, definir las criptomonedas y su clasificación dentro de los marcos jurídicos existentes plantea una tarea compleja. La naturaleza descentralizada de las monedas digitales desafía las definiciones financieras tradicionales, exigiendo adaptaciones de las normativas existentes o la creación de marcos totalmente nuevos.
En segundo lugar, el cumplimiento de la normativa y la lucha contra las actividades ilícitas en el ámbito de las criptomonedas sigue siendo un obstáculo importante. El anonimato que ofrecen las criptomonedas hace temer posibles abusos, como el blanqueo de capitales o la financiación de actividades ilegales.
Además, el carácter mundial del sector de las criptomonedas plantea problemas de regulación que trascienden las fronteras geográficas. Con monedas digitales que operan a través de países y jurisdicciones, la armonización de las regulaciones internacionales se convierte en crucial para evitar el arbitraje regulatorio y garantizar normas coherentes de protección de los inversores.
Los reguladores deben trabajar en colaboración para establecer un enfoque unificado que fomente la innovación y evite al mismo tiempo lagunas normativas que puedan incentivar actividades ilícitas.
No obstante, los gobiernos de todo el mundo han explorado diferentes formas de regular esta industria naciente. He aquí el panorama actual de la regulación de las criptomonedas en algunos de los principales países.
La regulación de las criptomonedas en EE.UU. ya está ahuyentando a los innovadores
El a?o pasado, la Casa Blanca publicó el primer marco integral para el desarrollo responsable de los activos digitales. El marco impulsó la acción de los reguladores existentes, como la Comisión de Bolsa y Valores y la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC). Sin embargo, el Presidente tiene un poder limitado en estos asuntos, y las directrices son sólo recomendaciones.
Las directrices abogan por la protección del cliente, el fomento de la estabilidad financiera y el avance de la innovación responsable. Llegaron después de la orden ejecutiva del Presidente Joe Biden para garantizar el desarrollo responsable de los activos digitales, que supuso el primer movimiento coordinado del gobierno estadounidense para proponer un marco regulador para las criptomonedas.
Sin embargo, tras el colapso de la bolsa de criptomonedas FTX y otras quiebras de gran repercusión en el sector, como la de BlockFi, las agencias reguladoras estadounidenses empezaron a adoptar un enfoque más hostil. En concreto, la CFTC y, especialmente, la SEC lanzaron una agresiva ofensiva contra el sector de las criptomonedas.
En marzo, la CFTC anunció que demandaba a Binance y a su fundador Changpeng “CZ” Zhao por acusaciones de que la criptobolsa ofrecía a sabiendas productos derivados de criptomonedas no registrados en EE.UU., transgrediendo la ley.
Asimismo, la SEC llegó a un acuerdo con la criptobolsa Kraken para que deje de ofrecer servicios o programas de apuestas a clientes del país y pague 30 millones de dólares en multas. La comisión también amenazó a Paxos, una firma registrada en Estados Unidos que emite la stablecoin Binance USD (BUSD) de Binance, con acciones legales debido a su emisión de tokens BUSD.
El razonamiento de la SEC para ir tras lo que clasifican como valores no registrados es que pueden no alcanzar los requisitos establecidos para mantener a salvo a consumidores e inversores.
Más recientemente, la SEC ha demandado tanto a Binance, la mayor bolsa de criptodivisas del mundo, como a Coinbase, la mayor bolsa de criptodivisas con sede en EE.UU., por vender valores no registrados y por una serie de otras supuestas irregularidades. Es probable que el resultado de la demanda de la SEC contra estas importantes plataformas de criptomonedas determine el camino del país hacia la regulación.
Sin embargo, las empresas de criptomonedas no están esperando a que terminen estos casos. Una miríada de las criptoempresas más grandes e importantes de EE.UU. ya están considerando la posibilidad de huir a países más amigables.
Coinbase ha abierto un nuevo negocio en Bermudas y podría lanzar una bolsa internacional. Además, la antigua Bittrex, con sede en Seattle, ya ha interrumpido sus operaciones en EE.UU., y Gemini, otra gran bolsa estadounidense, está considerando trasladarse a los Emiratos árabes Unidos.
Hong Kong impulsa la Web3: ?se pondrá en peligro a los ciudadanos?
A diferencia de Estados Unidos, Hong Kong ha adoptado una postura más favorable a las criptomonedas. En octubre del a?o pasado, la ciudad-estado publicó su declaración política sobre activos virtuales, que proponía permitir a los inversores minoristas comerciar con criptodivisas.
Tras su documento de consulta sobre el régimen regulador propuesto, el Gobierno puso en marcha su nuevo marco regulador de las criptomonedas el mes pasado. Con arreglo al nuevo reglamento, los inversores minoristas podrán negociar con activos virtuales, y la Comisión de Valores y Futuros (SFC) de Hong Kong también empezará a conceder licencias a las bolsas de criptomonedas.
El mercado ha respondido positivamente a los intentos del Gobierno de Hong Kong de convertir la región en un centro mundial de criptomonedas. De hecho, más de 80 empresas relacionadas con los activos virtuales han manifestado su interés por establecer su presencia en Hong Kong.
Singapur aborda los activos digitales con cautela
Singapur es otro país conocido por su postura amistosa hacia los activos digitales. Sin embargo, el centro del sudeste asiático ha adoptado un enfoque más cauteloso a la hora de regular el sector de las criptomonedas tras el reciente colapso de este sector.
En abril, la Autoridad Monetaria de Singapur (MAS, por sus siglas en inglés) insinuó un endurecimiento de la regulación de las stablecoin tras la implosión de TerraUST hace más de un a?o. En mayo, la MAS también publicó un aviso en el que pedía a las empresas que ofrecen servicios relacionados con las criptomonedas que aplicaran una diligencia debida más rigurosa con los clientes.
Más recientemente, el país ha ordenado a los proveedores de servicios de criptomonedas de la región que transfieran todos los fondos de los usuarios a un fideicomiso legal antes de finales de a?o. Según el gobierno, las nuevas normas “mitigarán el riesgo de pérdidas o uso indebido de los activos de los clientes y facilitarán su recuperación” en caso de insolvencia.
Aun así, Singapur se está convirtiendo en un destino popular para las empresas de criptomonedas que desean ampliar sus operaciones en Asia. El mes pasado, Gemini dijo que planea incorporar a más de 100 nuevos empleados para ampliar su equipo actual en Singapur.
Además, Ripple (XRP) se ha asegurado una aprobación en principio para ofrecer servicios en el país.
La Unión Europea aprueba MiCA
En Europa, los legisladores han aprobado la ley de Mercados de Criptoactivos (MiCA) de la UE, marcando el primer conjunto de normas del bloque para la criptoindustria. La MiCA es un conjunto de normas relacionadas con las criptomonedas que pretende colmar las lagunas existentes en la legislación de la UE sobre servicios financieros.
El marco regulador propondrá nuevas normas y reglamentos para determinados tipos de criptoactivos, como los tokens de referencia de activos (ART), los tokens de dinero electrónico (EMT) y los tokens de utilidad. En virtud de la nueva normativa, los proveedores de servicios de criptoactivos (CASP) deberán registrarse en uno de los Estados miembros del bloque para poder operar en la UE.
Lo esencial
No es ningún secreto que los retos regulatorios de la criptoindustria son complejos y polifacéticos. Si bien es crucial mitigar los riesgos potenciales asociados a los activos digitales, es igualmente importante desarrollar normativas eficaces que fomenten la innovación.
En los últimos tiempos, Estados Unidos ha adoptado una postura más agresiva, mientras que Hong Kong y Singapur han adoptado enfoques más amistosos para atraer a los innovadores. La Unión Europea también ha introducido la ley MiCA, que proporciona al bloque su primer conjunto de normas generales para el sector de las criptomonedas.
Debido a la naturaleza incipiente del mercado y, en especial, de las normas y reglamentos que lo regulan, se producirá un proceso de ensayo y error. Con el tiempo se irán revelando las mejores estrategias reguladoras.
De cara al futuro, es esencial que los reguladores de todo el mundo trabajen en colaboración para establecer un enfoque unificado que equilibre la innovación y la protección de los inversores. De este modo, podrán crear un ecosistema seguro y fiable que apoye el crecimiento sostenible del sector de las criptomonedas.